ALERTA BIBLIOGRÁFICA Junio 2011

Vélaz de Medrano, Consuelo ; Vaillant, coords. (2009) Aprendizaje y Desarrollo Profesional Docente

Existen diversas formas para mejorar la calidad de la docencia, una de las cuales es el desarrollo profesional docente, que examinaremos en este libro a través de una serie de artículos que esperamos que contribuyan a un debate informado sobre la temática.

La primera aportación, de José Manuel Esteve, examina “La profesión docente ante los desafíos de la sociedad del conocimiento”. El autor analiza los retos que enfrentan hoy las/os docentes, así como las respuestas que deben dar los nuevos programas de formación de docentes. Numerosos estudios y trabajos de investigación coinciden en señalar la falta de tiempo para atender a las múltiples responsabilidades que han ido acumulando sobre el profesor. Parecería que esta es la causa fundamental del agotamiento de las/os docentes que aparecen sobrecargados de trabajo. Ellas/os realizan una actividad fragmentaria, en la que simultáneamente deben batirse en distintos frentes, atendiendo a tal cantidad de elementos diferentes que resulta imposible dominar los distintos roles que el sistema educativo y social les pide asumir.

En segundo capítulo, Denise Vallant examinan “las políticas para un desarrollo profesional docente efectivo” a la luz de las reformas educativas implementadas en América Latina en los últimos quince años. La autora señala que, en muchos casos, el desarrollo profesional docente constituye un vivo ejemplo de lo que “no debe hacerse” en materia de cambio educativo. La no correspondencia entre los recursos invertidos y el impacto en el aula es fragante. El desarrollo profesional docente debe transformarse al compás de los cambios que se están operando en los sistemas sociales y económicos. Para hacerlo son necesarias estrategias sistémicas de acción y no políticas parciales. Transformar el desarrollo profesional docente sólo puede hacerse como parte de un cambio sistémico que compromete a la institución educativa, así como al modelo de pensar y hacer política educativa.

Emilio Tenti Fanfani, es su trabajo titulado "Reflexiones sobre la construcción social del oficio docente" examina las particularidades del oficio de enseñar” y se pregunta “qué es un docente” y “qué es la docencia” El autor describe algunas propiedades de la docencia, tal su carácter de servicio personal y el hecho de que es una práctica a la que le cambian los problemas. También se trata de un trabajo colectivo y cada vez más “concreto”. Existen una serie de factores que contribuyeron a fragmentar el cuerpo docente, que tiende a ser cada vez más numeroso, pero al mismo tiempo cada vez más diversificado y jerarquizado. El capítulo concluye que en la mayoría de los países se constata una distancia entre la realidad del trabajo cotidiano de los docentes en las aulas y el discurso oficial de las políticas educativas.

En su capítulo, António Novoa formula una pregunta "Profesores¬ ¿el futuro aún tardará mucho tiempo?”, que tiene enorme vigencia después de casi cuarenta años de relativa invisibilidad de las/os docentes en la agenda educativa. Nunca se cuestionó la importancia de las/os docentes y su papel clave en el cambio educativo, pero las miradas se dirigían hacia otros temas. Es en este siglo XXI en el que numerosos estudios e informes dan cuenta de que las/os docentes importan y que su accionar es central en el proceso de aprendizaje de niñas/os y jóvenes. El autor finaliza proponiendo una serie de medidas que permitan “hacer aquello que es preciso hacer”: formar a las/os docentes dentro de la profesión, promover nuevas modalidades para organizar la profesión y reforzar la dimensión profesional y presencia pública de las/os docentes.

"La formación docente como sistema: de la formación inicial al desarrollo profesional” constituye una interesante reflexión a partir de la experiencia argentina, formulada por Gabriela Lombardi y María Inés Abrile de Vollmer. Las autoras muestran cómo el concepto de desarrollo profesional ha superado algunos problemas de la formación continua de los últimos 20 años en Argentina y en la región. El desarrollo profesional ocurre en la medida en que el mismo esté amarrado a la práctica cotidiana de las/os docentes y a los problemas de la enseñanza y del aprendizaje. Solo a partir de ese anclaje es posible promover reflexiones, reestructuraciones y conceptualizaciones que abran nuevas perspectivas y permitan el planteo de estrategias didácticas orientadas a mejorar el aprendizaje y la comprensión de las/os estudiantes. La experiencia del Instituto Nacional de Formación Docente en Argentina recoge esas conceptualizaciones en la planificación de nuevas modalidades de desarrollo profesional docente.

Beatrice Avalos, en su capitulo "Los conocimientos y las competencias que subyacen en la tarea docente”, considera perspectivas diversas referidas al conocimiento necesario para la enseñanza. Esta incluye la discusión del tema desde el concepto de profesión, desde el concepto epistemológico de conocimiento para la enseñanza y desde la perspectiva de fuentes y producción del conocimiento pedagógico. En la sección final, el estudio propone un esquema que relaciona competencias para la enseñanza, los conocimientos y habilidades requeridas, y su presencia en ejemplos de desempeño docente. Todo esto teniendo en cuenta el contexto latinoamericano y las actividades de formación docente.

En el capitulo titulado “El desarrollo profesional docente y la mejora de la escuela” Alba Martínez Olivé plantea que las reformas educativas latinoamericanas de las ultimas dos décadas fueron prolíficas en acciones y transformaciones. Actualizar y capacitar a las/os docentes aparecían como el camino directo a la mejora de los resultados educativos. Pero a casi dos décadas del inicio de las etapas reformistas de los noventa no hay muestra de avances profundos en lo que aprenden las/os niñas/os y los jóvenes. Para superar estas situaciones la autora sostiene que es necesario reflexionar de manera integrada acerca de desarrollo profesional docente y la mejora de la escuela. Estos conceptos deben ser retomados de manera articulada asumiendo toda su complejidad como base de políticas de transformación de los resultados escolares.

Flavio Teriji, en su capitulo sobre “Carrera docente y políticas de desarrollo profesional”, examina la relación existente y posible entre las iniciativas de formación y la carrera docente desde la perspectiva del desarrollo profesional docente (DPD). Ofrece argumentos para fundamentar una combinación valiosa de las carreras docentes y las instancias de formación continua, y propone elementos concretos para la construcción de un nuevo entorno de profesionalización de los docentes de la región.

Por su parte, Dalila Andrade Olivera, en el capitulo titulado “Modelos y estrategias de desarrollo profesional docente”, se plantea en qué medida de desarrollo profesional docente puede ser resultado de las nuevas estrategias de formación que tanto políticos como profesores buscan afanosamente y que dan mayor importancia a los estudios en detrimento de otras formas de profesionalización. Para esta autora, al tomarse la formación docente como principal responsable de la mejora del aprendizaje de las/os estudiantes, las políticas educativas pueden estar desconsiderando otros factores de gran relevancia, regresando a la idea ya superada de que todos los problemas de aprendizaje se resuelven en el espacio intraescolar, partiendo del supuesto ingenuo de que la escuela no juega ningún papel en la reproducción de las desigualdades de los desaventajados o las ventajas de los afortunados.

Carlos E. Beca e Ingrid Boerr Abordan “El proceso de inserción a la docencia”, en el que en buena medida se construye la identidad profesional y durante le cual las/os docentes noveles se esfuerzan por dominar “los secretos del oficio” y responder al sinfín de demandas que las/os docentes principiantes deben afrontar, la mayor parte de las veces sin acompañamiento alguno. Los autores hacen un recorrido por las distintas maneras y contextos en lo que se puede vivir la inserción profesional, así como por las políticas intencionadas de apoyo a la inserción y las modalidades y estrategias de inducción como fase del desarrollo profesional docente, para finalizar analizando la figura del mentor, su formación y su rol, y las condiciones más adecuadas para establecer un programa de inducción.

El siempre importante y difícil tema de "La evaluación del desarrollo profesional docente" es abordado por Carlos Marcelo. El autor introduce el tema planteando las lecciones aprendidas de las experiencias DPD. Posteriormente, tras lamentar la escasa literatura existente sobre la evaluación del DPD, identifica algunos elementos, componentes o principios en los que coinciden diferentes estudios sobre el tema. Marcelo destaca la irrupción en la última década del aprendizaje de las/os alumnas/os como indicador de la calidad del DPD y plantea algunas cautelas para no establecer una relación lineal. El capítulo finaliza con el análisis de varios momentos o niveles en la evaluación del desarrollo profesional docente.

En el siguiente capítulo, Sylvia B. Ortega y María Adelina Castañeda comienzan realizando una "Valoración de las instituciones de formación inicial docente en América Latina" para profundizar después en el análisis de la situación del formador de formadores en México, que califican de encrucijada “entre la escuela y la academia”. Argumentan cómo las escuelas normales, tradicionalmente responsables de la formación inicial, han propiciado la construcción de una identidad profesional muy comprometida con la igualdad de oportunidades y la inclusión, pero no llegan a proporcionar a los futuros docentes una educación de calidad, a innovar las prácticas docentes, producir nuevos conocimientos disciplinares y pedagógicos, e integrar los procesos formativos con el desarrollo de la escuela. Terminan analizando las dos últimas décadas de cambios en la formación inicial de docentes en México y caracterizando el perfil de los formadores de formadores en la actualidad.

El capítulo de Consuelo Vélaz de Medrado se centra en el "Papel que puede jugar en el apoyo al desarrollo profesional docente" un determinado perfil profesional -el de los orientadores o asesores psicopedagógicos- con una gran tradición en el sistema educativo de muchos países, también de América Latina. Más concretamente, analiza el modelo que se ha demostrado más adecuado para promover el DPD y contribuir a que el profesorado, individualmente y como colectivo, deje de enfrentarse en solitario a la difícil tarea de educar. La autora se basa en que el núcleo duro de la función asesora son el empoderamiento y el aprendizaje de la comunidad escolar trabajando en torno a problemas cotidianos de enseñanza y aprendizaje. Por último, se explora la posibilidad que supone el rol de asesor para el desarrollo de la carrera de los docentes experimentados.

Por su parte, Gloria Calvo aborda un tema importante para el DPD y la propia mejora de la educación: "La innovación e investigación en materia de aprendizaje docente y desarrollo profesional". En la primera parte, y a modo de introducción, la autora valora los distintos debates planteados en torno al aprendizaje docente y el desarrollo profesional, para centrarse en la segunda parte en la investigación que es accesible a las/os docentes y que constituye una posibilidad insuficientemente generalizada de aprendizaje y DPD. El capítulo culmina con el análisis crítico de la relación entre investigación, innovación y política educativa.

El libro se cierra con un trabajo de Beatriz Tancredi sobre “Nuevos ambientes de aprendizaje para el desarrollo profesional docente”, A lo largo del capítulo, la autora nos lleva por un territorio caracterizado por la variabilidad de recursos y experiencias: portales educativos vistos como “ambiente de ambientes”, cursos y aulas virtuales alojados en plataformas de teleformación, desarrolladas ad hoc o disponibles libremente como Moodle, entornos virtuales de aprendizaje (EVA o AVA), comunidades de práctica y comunidades virtuales de aprendizaje, que recientemente se están apoyando en los blogs. La autora analiza esta variedad de nuevos ambientes para el DPD en relación con la formación presencial, con su inscripción en un marco institucional o no y con su alcance geográfico (local, regional, nacional e internacional). Por último, se apuntan algunos criterios que permitirán al docente/aprendiz valorar si aquello que se le presenta como un nuevo ambiente de aprendizaje para el DPD es realmente un buen ejemplo de ello.

Este conjunto de contribuciones realizadas por autores iberoamericanos, especializados en las distintas dimensiones de un tema tan complejo y relevante como el aprendizaje y el desarrollo profesional docente, serán de interés para lectoras/es a quienes va destinado, principalmente docentes, administradores, directivos escolares, formadores, orientadores e investigadores.

Marchesi, Álvaro; Tedesco, Juan Carlos y Coll, Cesar, coords. (2009) Calidad, equidad y reformas en la enseñanza. Madrid : Fundación Santillana.

Este libro que ahora se presenta es el primero y el más general de una serie que impulsa la OEI para favorecer el debate y la participación social con el fin de lograr el mayor compromiso de todas las instituciones en la transformación de la educación en todos y cada uno de los países iberoamericanos en la década de los bicentenarios de las independencias. La formación de metas por muy ambiciosas que sean resultaría una tarea escasamente productiva si no se acompañara de un debate y reflexión permanente y de la búsqueda de complicidades mayoritarias para mantener los objetivos acordados y sostener el necesario esfuerzo a lo largo de los años venideros.

A pesar de la diversidad de planteamientos de los diferentes autores, hay una visión común en todos ellos. La urgencia de lograr una mayor equidad social y educativa, el compromiso de los sistemas educativos con la educación en valores y para la ciudadanía democrática, la defensa de políticas inclusivas a favor de los más desfavorecidos, especialmente las minorías étnicas, las poblaciones originarias y los afrodescendientes, en énfasis en la dimensión pedagógica de los cambios educativos, la necesidad de nuevos modelos de reformas que tengan en cuenta las insuficiencias de las experiencias pasadas, y los retos de la sociedad de la información y del conocimiento son opciones de valor presentes en todos ellos.

La primera parte del libro está dedicada a los retos de la educación en Iberoamérica. Se inicia con un capítulo de Juan Eduardo García –Huidobro en el que se plantea que la educación latinoamericana esta a punto de lograr la primera y fundamental meta de escolarizar a todos los alumnos y que es preciso plantearse otra, de tanto calado como la anterior: la igualdad en la educación. El texto establece una relación entre el primer centenario de la independencia, ligado a la promesa de educación obligatoria para todos, con el segundo centenario, que podría tener como meta la tan lejana como necesaria igualdad educativa. Una meta que se formula en términos de una educación de la misma calidad para todos o, de forma más especifica, como la misma educación para todos.

El capítulo siguiente, escrito por Néstor López, enlaza de forma natural con el anterior. Mantiene el mismo análisis centrado en las desigualdades sociales y educativas existentes en Latinoamérica, pero avanza algunos temas nuevos, en especial los referidos a la desregulación de los procesos económicos y sociales, a los flujos migratorios que se desprenden de las profundas desigualdades sociales y territoriales, y la irrupción de la diversidad cultural, tanto la de los pueblos originarios como de las nuevas culturas urbanas. El desafió es encontrar nuevas estrategias que permitan avanzar hacia la inclusión educativa integral.

El tercer y último capítulo de esta primera parte es, de nuevo, una prolongación de anterior, centrado en este caso en los pueblos indígenas y en las rupturas que son necesarias para avanzar en una necesaria educación intercultural. A partir de una critica de las tendencias homogeneizadoras del pasado, que impidieron que la lengua y la cultura propias estuvieran en las escuelas, Sylvia Schmelkes, su autora, se plantea tres objetivos prioritarios para la equidad educativa de los pueblos indígenas: protagonismo, bilingüismo e identidad. El capítulo termina con una llamada a no olvidar que, al final, es imprescindible atender a las escuelas singulares, a sus condiciones especificas y a sus maestras/os, lo que exige flexibilidad e innovación.

La segunda parte, más amplia, incorpora los principales debates que se están produciendo en el sistema educativo

En el primero de sus capítulos Marcela Fajardo reflexiona sobre las reformas emprendidas en las últimas dos décadas, en sus aciertos y en sus errores. Señala cuatro ejes que han orientado las políticas hasta el momento actual: cambios institucionales, mejoras de calidad y equidad, evaluación y creación de mecanismos de rendición de cuentas, y desarrollo profesional docente. A partir de su análisis, se interroga sobre lo que debemos transformar y sobre cómo orientar los cambios futuros.

En el siguiente capítulo, Juan Carlos Tedesco se plantea por qué los esfuerzos del pasado no han tenido el éxito esperado. Su respuesta se orienta hacia la necesidad de una nueva mirada al abordar las relaciones entre la educación y la sociedad, y su convencimiento de que no es posible la equidad educativa sin avanzar de forma simultánea en la equidad social. Su tesis la razona en seis núcleos temáticos: la demanda de sentido, la dificultad para cambiar los sistemas educativos en el contexto del “nuevo capitalismo” el nuevo papel del Estado, la escasez de recursos y el exceso de demandas, la revalorización de la dimensión pedagógica del cambio educativo y la tensión entre consenso y conflicto para la definición de estrategias de acción educativa.

La respuesta educativa a la diversidad del alumnado y la importancia para la equidad de impulsar políticas inclusivas se tratan en el capítulo de Rosa Blanco. En él se destaca la urgencia de hacer efectivo el derecho a una educación de calidad en igualdad de condiciones y sin ningún tipo de discriminación, especialmente para aquellos colectivos más vulnerables como las/os alumnas/os con necesidades especiales, los que proceden de pueblos originarios o afrodescendientes, los que viven en contextos de pobreza, los niños que viven o trabajan en la calle, los niños migrantes, los que son portadores de VIH/SIDA, o adolescentes embarazadas. El capítulo termina con el análisis de las tres direcciones en las que se deben mover las políticas inclusivas para lograr sus objetivos: avanzar desde enfoques homogéneos a políticas que consideren la diversidad con igualdad; desde el trabajo de los docentes al trabajo colaborativo con diferentes actores: y desde sistema educativo y políticas sectoriales a la sociedad educadora y políticas intersectoriales.

El capítulo de César Coll aborda el sentido de los aprendizaje escolares en una sociedad que vive una transformación profunda. Su tesis apunta a que el desvanecimiento progresivo del sentido que profesores y estudiantes atribuyen a los aprendizajes se detecta igualmente en los centros y en las aulas, y la toma en consideración de este hecho tiene también implicaciones importantes para la planificación y el despliegue de las actividades de enseñanza y aprendizaje. De ahí, concluye, la importancia y el interés de incorporar la preocupación por el sentido de los aprendizajes escolares, tanto a los procesos de definición y toma de decisiones de política educativa, como a los procesos de planificación y desarrollo de las prácticas docentes.

Una perspectiva diferente pero complementaria de los capítulos anteriores es la que adopta Alejandro Tiana al tratar el tema de la evaluación, los estándares y la calidad de la enseñanza. Después de una revisión del significado de la calidad educativa, el trabajo se centra en las estrategias para mejorarla y, dentro de ellas, en la evaluación de los resultados de los escolares. El capítulo termina con un análisis de los sistemas nacionales e internacionales de evaluación, así como sobre su función, compleja y controvertida en ocasiones, para mejorar la educación de los jóvenes.

Uno de los principales objetivos de los sistemas escolares, la educación en valores y para una ciudadanía democrática, es abordado por Fernando M. Reimers. En su capítulo analiza las diferentes formas de violencia en Latinoamérica y razona la propuesta de que la mejor forma de preparar a las/os jóvenes para un futuro en paz es ayudarles a desarrollar las competencias cívicas para inventarlo, es decir, adquirir las competencias para ejercer una ciudadanía intercultural y global. El estudio plantea posteriormente los programas para la educación cívica presentes en los países latinoamericanos y las estrategias más adecuadas para educar en la paz y en el ejercicio de este tipo de ciudadanía.

Finalmente, el último capítulo se centra en la institución responsable de la educación y de los futuros cambios: la escuela. El texto de Margarita Zorrilla sostiene que la educación acontece en cada aula y en cada escuela, y por ello es ahí donde se gesta la calidad y la equidad. Por esta razón, la institución escolar se ha convertido en el lugar más relevante para la acción y las decisiones pedagógicas. El estudio plantea varias ideas fuertes para el cambio en la educación: repensar la escuela y el desarrollo profesional de las/os docentes, impulsar la innovación y la participación social. Y avanzar en la atención a la diversidad y en la evaluación.